¡Por fin han vuelto nuestras reclusas favoritas! Nos adentramos una vez más en las aventuras y desventuras que ocurren en Litchfield con unas ganas tremendas de nuevos capítulos. Si todavía no has visto el primero de esta tercera temporada, vuelve a esta entrada cuando lo hayas hecho para evitar'spoilers'.
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Se acabó la espera, por fin podemos disfrutar de una temporada de Orange is the New Black, y cada uno a su ritmo por cortesía de Netflix. Euforias y dramas vienen de la mano de nuestros personajes favoritos, esos que nada más aparecer en pantalla nos hacen sonreír de oreja a oreja pensando que todavía nos quedan trece maravillosos capítulos por delante. La expectación que rodea a la serie no hace más que aumentar con cada temporada y los productores son conscientes, por lo que actúan en consecuencia y en el primer episodio presentan varios platos fuertes bien llenos y servidos.
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Todo en este primer capítulo es a lo grande, no impactante, pero diferente: es el día de la madre y todas se preparan para celebrarlo, llega una nueva empleada a Litchfield, vuelve Alex (Laura Prepon), y en vez del flashback instrospectivo del personaje de turno tenemos pinceladas del pasado de varios personajes; todos en relación con sus madres o la experiencia de tener un hijo, en consonancia con el contexto del capítulo.
Red (Kate Mulgrew) vuelve a un ambiente libre de Vee (Lorraine Toussaint) y un poco de rechazo hacia Piper (Taylor Schilling) por haberle ocultado la verdad sobre su negocio; Piper, por su parte, comparte un momento íntimo con Alex en la capilla, y Daya (Dascha Polanco) recibe una carta de los que creen ser la familia de su futuro hijo y su madre mete el hocico (para variar); son tramas que conocemos y que se siguen desarrollando esta tercera temporada que, a golpe de primer capítulo, se presenta más que satisfactoria. Las tramas y los personajes hacen que volvamos a coger el hilo de la serie como si hubieran pasado unas horas desde el último capítulo; volvemos a conectar con cada personaje e historia justo donde lo habíamos dejado.
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Las situaciones cómicas, que son la mayoría, dan la oportunidad de colar un par de escenas que darían lugar a horas de debate en la vida real y secuencias dignas de drama épico en otro tipo de series. Pennsatucky (Taryn Manning) arrepintiéndose de sus múltiples abortos mientras Big Boo (Lea DeLaria) intenta consolarla y explicarle su punto de vista a favor de la decisión que tomó en su momento con un gran discurso polémico. El hijo de Sophia (Laverne Cox) diciéndole a su madre si quería ser una mujer en un mundo donde los hombres reciben consejos como el que ella acaba de darle a su hijo. Yadriel (Moscow Mule) dejando a María (Jessica Pimentel) por "el bien de su hija", según él, para que no crezca pensando que estar en la cárcel es normal.
Todo esto mientras acumulamos un torbellino de emociones que no sabemos bien cómo enfrentar, sobre todo al volver a ver a la inigualable Suzanne 'Crazy Eyes' (Uzo Aduba) o escenas concretas, como la de Poussey (Samira Wiley) y Taystee (Danielle Brooks) haciendo referencias a Harry Potter que sus compañeras no entienden; y que hacen que la complicidad en nuestro dúo favorito se afiance más si cabe.
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Nos han dejado ver otra parte de la prisión de Litchfield en este episodio, una parte más benevolente y suave, una fiesta que va más allá del ambiente carcelario, que se centra en recordarnos otros roles que definen a nuestros personajes; al menos, durante el tiempo que dura la celebración. Cuando el día se acaba, da la sensación de que todo vuelve a la normalidad, y que la carta de presentación dará lugar a muchas situaciones que agitarán la vida de las reclusas y los trabajadores por igual.
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Orange is the New Black no sólo ha vuelto convenciendo y pisando fuerte en su primer capítulo, también promete dar mucha guerra y de calidad en su tercera temporada.
Elisa, @elisapz
Se acabó la espera, por fin podemos disfrutar de una temporada de Orange is the New Black, y cada uno a su ritmo por cortesía de Netflix. Euforias y dramas vienen de la mano de nuestros personajes favoritos, esos que nada más aparecer en pantalla nos hacen sonreír de oreja a oreja pensando que todavía nos quedan trece maravillosos capítulos por delante. La expectación que rodea a la serie no hace más que aumentar con cada temporada y los productores son conscientes, por lo que actúan en consecuencia y en el primer episodio presentan varios platos fuertes bien llenos y servidos.
Todo en este primer capítulo es a lo grande, no impactante, pero diferente: es el día de la madre y todas se preparan para celebrarlo, llega una nueva empleada a Litchfield, vuelve Alex (Laura Prepon), y en vez del flashback instrospectivo del personaje de turno tenemos pinceladas del pasado de varios personajes; todos en relación con sus madres o la experiencia de tener un hijo, en consonancia con el contexto del capítulo.Red (Kate Mulgrew) vuelve a un ambiente libre de Vee (Lorraine Toussaint) y un poco de rechazo hacia Piper (Taylor Schilling) por haberle ocultado la verdad sobre su negocio; Piper, por su parte, comparte un momento íntimo con Alex en la capilla, y Daya (Dascha Polanco) recibe una carta de los que creen ser la familia de su futuro hijo y su madre mete el hocico (para variar); son tramas que conocemos y que se siguen desarrollando esta tercera temporada que, a golpe de primer capítulo, se presenta más que satisfactoria. Las tramas y los personajes hacen que volvamos a coger el hilo de la serie como si hubieran pasado unas horas desde el último capítulo; volvemos a conectar con cada personaje e historia justo donde lo habíamos dejado.
Las situaciones cómicas, que son la mayoría, dan la oportunidad de colar un par de escenas que darían lugar a horas de debate en la vida real y secuencias dignas de drama épico en otro tipo de series. Pennsatucky (Taryn Manning) arrepintiéndose de sus múltiples abortos mientras Big Boo (Lea DeLaria) intenta consolarla y explicarle su punto de vista a favor de la decisión que tomó en su momento con un gran discurso polémico. El hijo de Sophia (Laverne Cox) diciéndole a su madre si quería ser una mujer en un mundo donde los hombres reciben consejos como el que ella acaba de darle a su hijo. Yadriel (Moscow Mule) dejando a María (Jessica Pimentel) por "el bien de su hija", según él, para que no crezca pensando que estar en la cárcel es normal.
Todo esto mientras acumulamos un torbellino de emociones que no sabemos bien cómo enfrentar, sobre todo al volver a ver a la inigualable Suzanne 'Crazy Eyes' (Uzo Aduba) o escenas concretas, como la de Poussey (Samira Wiley) y Taystee (Danielle Brooks) haciendo referencias a Harry Potter que sus compañeras no entienden; y que hacen que la complicidad en nuestro dúo favorito se afiance más si cabe.
Nos han dejado ver otra parte de la prisión de Litchfield en este episodio, una parte más benevolente y suave, una fiesta que va más allá del ambiente carcelario, que se centra en recordarnos otros roles que definen a nuestros personajes; al menos, durante el tiempo que dura la celebración. Cuando el día se acaba, da la sensación de que todo vuelve a la normalidad, y que la carta de presentación dará lugar a muchas situaciones que agitarán la vida de las reclusas y los trabajadores por igual.
Orange is the New Black no sólo ha vuelto convenciendo y pisando fuerte en su primer capítulo, también promete dar mucha guerra y de calidad en su tercera temporada.
Elisa, @elisapz
