Una de las múltiples y maravillosas características de ‘Orange Is The New Black’ es la forma en la que va descubriendo, muy poco a poco, las historias de unos protagonistas que, aun después de dos temporadas con nosotros, todavía tienen la capacidad de sorprendernos.
Si todavía no has visto el tercer capítulo de esta nueva temporada, vuelve cuando lo hayas hecho si no quieres cruzarte con alguno de los numerosos ‘spoilers’ que hay en esta entrada.
Esta vez le ha tocado a Nicky (Natasha Lyonne) ser el foco de atención principal, y aunque su historia es una de las que pueden resultarnos más familiares, sigue siendo igual de duro y chocante ver cómo su adicción está todavía lejos de ser superada. Es curioso cómo sin necesidad de drogarse, el simple hecho de saber que podría hacerlo porque cuenta con los medios para ello la mantiene esclavizada hasta el punto de no poder deshacerse de la droga aunque no tenga intención de consumirla.
Si algo positivo podemos sacar del traslado de Nicky a máxima seguridad es que lo tendrá muy difícil si decide volver a caer en la tentación de las drogas que la metieron en la cárcel en un primer momento. No sabemos cuándo ni si volverá a Litchfield, pero si tenemos en cuenta que la esperanza de vida del lugar está en cuenta regresiva, es muy probable que no volvamos a verla por ahí. ¿Qué opináis?
Caputo (Nick Sandow) sigue sin estar dispuesto a ver cómo el lugar que tanto tiempo lleva intentando sacar a flote desaparezca sin más, y qué mejor forma de jugar sus cartas que amenazando a Figueroa (Alysia Reiner) con revelar al mundo las auténticas tendencias sexuales de su marido. Esto ha parecido hacer reaccionar a Figueroa, pero el futuro de Litchfield sigue sin estar claro, sobre todo ahora que todos los empleados están al corriente de la situación y no parecen dispuestos a contribuir a que Caputo se lave las manos y se resigne a aceptar que el futuro del resto está en la cola del paro.
Pero no todo ha sido drama, lo cierto es que este tercer capítulo nos ha regalado momentos tanto divertidos como extrañamente adorables. La relación entre Red (Kate Mulgrew) y Healy (Michael J. Harney) siempre ha estado entre lo raro y lo entrañable, pero, ¿os imaginabais esa declaración de “amor” mientras hacía de traductora entre éste y su mujer? Amor entre comillas porque no me refiero necesariamente al amor romántico, sino más bien de admiración y respeto, algo que creo que hasta ahora no había quedado tan claro.
Aunque también hemos tenido declaración de amor romántico, como no podía ser de otra forma, de la mano de Chapman (Taylor Schilling) y Vause (Laura Prepon) en una de las escenas más remarcables del capítulo. Después de explorar y explotar su rabia en todos los niveles posibles, solo ha hecho falta una clase de improvisación cargada de indirectas para que ambas hayan decidido dejar de lado sus diferencias y traiciones a favor de aceptar que su atracción, por muy tóxica que sea, merece la pena ser investigada de nuevo, esta vez sin rabia contenida. ¿Veis futuro en esta nueva fase de su relación o creéis que están en un círculo vicioso que no parece tener salida?
¿Cómo estáis viendo la temporada? ¿Habéis resistido la tentación de verla de un tirón o habéis renunciado directamente a dormir? ¡Recordad que mañana toca 'recap' del cuarto capítulo!
Isabel, @isabienzobas
