Los líos amorosos siempre han sido uno de los ingredientes principales de ‘Devious Maids’, pero esta semana las historias personales de cada una de las protagonistas se ha convertido en el tema más importante del capítulo. Si todavía no lo has visto ten cuidado con los ‘spoilers’ que habrá a continuación.
Este ha sido el perfecto ejemplo de uno de esos capítulos en los que parece que pasan muchas cosas y se despeja más de una incógnita cuando en realidad, lejos de resolverse algo, el asunto no hace más que liarse. Sí, me refiero al asesinato del tal Louie Becker (Eddie Mills), que entre idas y venidas amorosas, esta semana ha pasado bastante desapercibido a pesar de que pueda decirse que ya sepamos algo más sobre lo que sucedió esa noche. Por las caras y el comportamiento de Taylor (Brianna Brown) es evidente que es culpable. No sabemos de qué ni de qué manera, pero en algo terrible está metida por mucho que sus intenciones parezcan no ser del todo malvadas, al menos en lo que respecta a Blanca (Naya Rivera), porque ha parecido tan agobiada por su repentina desaparición como Michael (Brett Cullen), quien se acerca peligrosamente al mismo destino que han sufrido tanto Louie como Blanca.
No sé qué esperas cuando planeas un secuestro, querida Taylor, pero un final feliz desde luego que no vas a tener. Esta mujer está un poco trastornada desde que perdió a su bebé y está lejos de mejorar, sobre todo ahora que su propia hija la ha sometido a una sobredosis ¿accidental? No sé si son las escasas dotes interpretativas de la niña que la encarna o que realmente quieren despistarnos con su comportamiento, pero su cara al echar las pastillas a la copa de Taylor podía interpretarse tanto de interés por hacer feliz a su madre como de maldad e intereses ocultos propios de una niña que sonríe al ver cómo sangra su dedo.
En un mundo que parece totalmente opuesto tenemos a una Rosie (Dania Ramírez) atormentada (con razón) y confundida (con razón) por la presencia de Ernesto (Cristián de la Fuente) y su trabajadísimo torso. Siempre había hablado maravillas de su (no) difunto marido, así que si a eso le sumas que el hombre está de muy buen ver incluso después de volver del mundo de los muertos, es comprensible que Rosie no tenga muy claro qué hacer con su vida. De momento parece decidida a evitarle tanto a él como a Spence (Grant Show), a uno por creencias religiosas y a otro por pura ética. Es un interesante contraste que está destinado a terminar tremendamente mal pero, si os digo la verdad, yo me muero por ver el resultado. Mi dinero (y esperanza) está en Ernesto, ¿el vuestro?
Pero Rosie no es la única atormentada por torsos masculinos, porque Marisol (Ana Ortiz) también está teniendo problemas para aguantar tras el definido muro entre los puestos de jefa y empleado. ¿Cuánto creéis que aguantará esa barrera invisible? ¿Un capítulo? ¿Dos? ¿Medio?
Carmen (Roselyn Sánchez) y Genevieve (Susan Lucci) se encuentran en circunstancias más delicadas, pero ‘Devious Maids’ disimula tan exageradamente bien cuando toca temas como el chantaje sexual que ni nos damos cuenta de que es más serio de lo que parece, porque si trasladamos al mundo real cualquiera de las dos situaciones, más de uno nos llevaríamos las manos a la cabeza. Lo que está claro que en el juego del chantaje (en cualquiera de sus formas), los Powell son los que más controlan.
¿Cómo veis el avance de la temporada? ¿Os ha gustado el capítulo? ¿Qué creéis que ha pasado con Blanca? ¿Cuándo empezará Carmen a amarse un poco a sí misma? Porque presume mucho del amor que se profesa pero es capaz de hacer algo que detesta solo por proteger a Sebastien (Gilles Marini), ¿a alguien le importa Sebastien...? ¿Quién ha matado a Louie? Y lo más importante, ¿por qué?
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Isabel, @isabienzobas