Tras la tempestad no llega la calma (al menos no inmediatamente), y en ‘Devious Maids’ damos gracias a ello, porque una ración a la semana del dramatismo cómico que caracteriza a la serie nunca está de más. Tened cuidado con los ‘spoilers’ que hay por la entrada si todavía no habéis podido ver este capítulo.
Voy a ir al grano, ¿soy la única que ha empezado a no soportar a Spence (Grant Show)? Todo en lo que he podido pensar al terminar de ver el capítulo – además de aplaudir lo maravillosa que me ha parecido que ha estado Zoila (Judy Reyes) – ha sido en lo vago e insoportable que se ha vuelto el personaje de Spencer. Empezó muy bien, siendo un marido que quería sacar adelante a su familia pero no pudo evitar enamorarse de su criada porque le quería de una forma mucho más pura que la que entonces era su mujer. Esa podría haber sido una señal de la persona infantil y sin iniciativa en la que se ha convertido si no fuese por todo lo que ha ido haciendo por Rosie (Dania Ramírez) y su hijo durante el tiempo que lo conocemos. Parece que Spence dejó de saber por dónde le daba el aire en el momento en el que dejó todo su dinero y fama de lado para empezar una vida desde cero con Rosie. Nunca fue un hombre con demasiadas aspiraciones, pero tampoco parecía ser del tipo de persona que prefiere lloriquear antes que afrontar las circunstancias de su nueva vida, porque hoy ha sido limpiar su cara, pero mañana quién sabe…
De todas formas, Rosie es fan del orden y, en general, las cosas bien hechas, así que espero que haga espabilar a su marido y consiga que deje de frustrarse por no llevar la vida a la que está acostumbrado. Y si es antes de que Ernesto (Cristián de la Fuente) haga acto de presencia, mejor que mejor, porque si hacemos una media de las veces que nombra a su exmarido para alabarlo y la comparamos con las veces que asesina a Spence con la mirada, nos sale un claro ganador. ¿Cómo os imagináis a Ernesto? Es obvio que será una amenaza para Spence pero, ¿en qué medida y de qué forma?
La que sí tiene aspiraciones en la vida y no deja de ser productiva es Marisol (Ana Ortiz), que después del éxito de su libro se ha decidido a abrir un negocio en el que ayuda a las criadas que lo necesiten a encontrar trabajo en la casa más apropiada. Claro que cuando Carmen (Roselyn Sanchez), una asistenta que se hará la manicura y lo utilizará como excusa para no barrer la cocina, también es una de tus mejores amigas y resulta que está en el paro, el asunto se complica. Sobre todo cuando te amenaza con quedarse a vivir contigo hasta que le hayas encontrado un trabajo. ¿La mejor solución? Colocarla con los Powell, que son más exigentes con la cantidad de material de cotilleo que puede aportar la asistenta que con la calidad del trabajo de la asistenta en cuestión. Esta combinación puede resultar maravillosa, porque tanto los Powell como Carmen son personajes con muchísima personalidad, exageradamente opuestos y con unas ideas muy claras de lo que consideran normal. ¿No os morís por ver qué sale de ahí? Porque yo sí.
Michael (Brett Cullen) sigue sin aparecer, por lo que cada vez es más evidente que la pierna del jardín de los Powell es suya. Además, que Taylor (Brianna Brown) dé largas y se ponga todavía más blanca cuando le preguntan por su marido no es algo que arroje muchas esperanzas sobre su paradero. La niña continúa siendo un misterio, pero se vuelve más turbio conforme vamos descubriendo cosas de su personaje. Esta vez no hemos tenido primeros planos malignos de su cara, pero sí unos dibujos que ponen en evidencia la salud mental de la niña. ¿Cuánto tardará Blanca (Naya Rivera) en descubrir lo que realmente ha sucedido en esa casa? Ya hemos visto que aprende y avanza rápido, si ha sido capaz de chantajear a su nueva jefa con un aumento de sueldo a cambio de su silencio, no creo que tarde demasiado en hacerse una idea de lo que pasó en casa de los Stappord aquella noche. Recemos porque no le pase factura y ella también termine con una pierna menos.
Las tramas de Zoila, Javier (Ivan Hernandez), Valentina (Edy Ganem) y Remi (Drew Van Acker) han sido las encargadas de catalizar toda la tensión acumulada por el resto. Pocas revelaciones de interés se han hecho al respecto de estas dos parejas, aparte de que parece que nos despedimos de Remi y Valentina, ahora comprometidos, hasta nueva señal. La verdad es que después de que el amor platónico que había entre ambos pasase a ser real, poco más les quedaba por ofrecer, así que, que sean muy felices por Nueva York.
¿Qué os ha parecido el capítulo? ¿Os gustaría seguir viendo a Zoila tan sembrada como esta semana? ¿Qué opináis de que Zoila aceptase el matrimonio entre su hija y Remi solo para que Valentina la apoyase en el suyo con Javier? ¿Cómo esperáis que impacte Ernesto en la vida de Rosie? ¡Comentemos!
Isabel, @isabienzobas
