Iniciando lo que será la recta final de temporada, este octavo episodio se centra en una de las protagonistas para justificar la paranoia que lleva mostrando desde el inicio de temporada. El pasado criminal más reciente de Alex Vause (Laura Prepon) sale a luz para los espectadores mientras Litchfield mantiene una tensa calma tras su reciente privatización, algo que sera de utilidad también para Piper Chapman (Taylor Schilling) que tiene un par de ideas en mente. Ojo a los 'spoilers'.
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La relación de Alex Vause con Kubra siempre ha sido muy turbulenta, no se llega a ser un narcotraficante internacional del más alto nivel sin inspirar no solo respeto sino también miedo entre tus subalternos. Ahora, con el conocimiento de la traición de Alex solo es cuestión de tiempo que el criminal quiera mover ficha en su contra. Y el comportamiento de la excéntrica Lolly (Lori Petty) no ayuda a tranquilizar los ánimos.
Esto establece un poderoso contraste precisamente con su novia Piper, que ha encontrado la manera de convencer al resto de reclusas para unirse a su contrabando de bragas usadas. Se dice que es más fácil conquistar el estómago de una persona que su corazón, por lo que el monopolio de bolsitas de condimento - ahora que la calidad de la comida ha caído poderosamente con la privatización de la prisión - funcionará mejor incluso que los argumentos lógicos. Aunque el discurso no se lo ahorra.
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No solo Piper se está ganando el respeto de sus compañeras por medios alternativos, la siempre repudiada Crazy Eyes (Uzo Aduba) ahora es la novelista de más éxito dentro de mínima seguridad. Su novela erótica seriada mantiene en vilo a toda la prisión dándoles el entretenimiento y el punto de picante que necesitan sus monótonas vidas. Si su poderosa imaginación es lo que hasta el momento le había apartado de sus compañeras, ahora le ha hecho convertirse en la persona a seguir.
En el caso de Poussey Washington (Samira Wiley) esto incluso ha llegado demasiado lejos. Porque se ha convertido en el único recurso que tiene, junto con abundantes dosis de bebida, para combatir su soledad imperante. Taystee (Danielle Brooks) se está convirtiendo poco a poco en la madre de todo su grupo de afroamericanas e intenta darle consejo y ayuda, pero ni con toda su sabiduría recientemente acumulada puede darle lo que ella quiere. Quizá la nueva mesías Norma si pueda.
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Para quien parece no haber remedio es para Joe Caputo (Nick Sandow), que sigue intentando salvar la prisión del colapso pero ni con las buenas intenciones de su compañero y jefe Danny Pearson (Mike Birbiglia) parece posible. Este intenta mantener esas dos facetas para con su subalterno, peleando por él en las juntas directivas, pero ni con el apoyo tácito de su padre en esta es capaz de llevar adelante nada que no suponga más que un mero ahorro de costes.
Llegado el momento esto no va a acabar bien para ellos, lo aseguramos.
David Valverde, @CapitanValverde.
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La relación de Alex Vause con Kubra siempre ha sido muy turbulenta, no se llega a ser un narcotraficante internacional del más alto nivel sin inspirar no solo respeto sino también miedo entre tus subalternos. Ahora, con el conocimiento de la traición de Alex solo es cuestión de tiempo que el criminal quiera mover ficha en su contra. Y el comportamiento de la excéntrica Lolly (Lori Petty) no ayuda a tranquilizar los ánimos.
Esto establece un poderoso contraste precisamente con su novia Piper, que ha encontrado la manera de convencer al resto de reclusas para unirse a su contrabando de bragas usadas. Se dice que es más fácil conquistar el estómago de una persona que su corazón, por lo que el monopolio de bolsitas de condimento - ahora que la calidad de la comida ha caído poderosamente con la privatización de la prisión - funcionará mejor incluso que los argumentos lógicos. Aunque el discurso no se lo ahorra.
No solo Piper se está ganando el respeto de sus compañeras por medios alternativos, la siempre repudiada Crazy Eyes (Uzo Aduba) ahora es la novelista de más éxito dentro de mínima seguridad. Su novela erótica seriada mantiene en vilo a toda la prisión dándoles el entretenimiento y el punto de picante que necesitan sus monótonas vidas. Si su poderosa imaginación es lo que hasta el momento le había apartado de sus compañeras, ahora le ha hecho convertirse en la persona a seguir.
En el caso de Poussey Washington (Samira Wiley) esto incluso ha llegado demasiado lejos. Porque se ha convertido en el único recurso que tiene, junto con abundantes dosis de bebida, para combatir su soledad imperante. Taystee (Danielle Brooks) se está convirtiendo poco a poco en la madre de todo su grupo de afroamericanas e intenta darle consejo y ayuda, pero ni con toda su sabiduría recientemente acumulada puede darle lo que ella quiere. Quizá la nueva mesías Norma si pueda.
Para quien parece no haber remedio es para Joe Caputo (Nick Sandow), que sigue intentando salvar la prisión del colapso pero ni con las buenas intenciones de su compañero y jefe Danny Pearson (Mike Birbiglia) parece posible. Este intenta mantener esas dos facetas para con su subalterno, peleando por él en las juntas directivas, pero ni con el apoyo tácito de su padre en esta es capaz de llevar adelante nada que no suponga más que un mero ahorro de costes.
Llegado el momento esto no va a acabar bien para ellos, lo aseguramos.
David Valverde, @CapitanValverde.
