Tras el ‘cliffhanger’ con el que nos dejó la segunda temporada, ‘The Fosters’ no se ha hecho esperar demasiado y después de poco más de dos meses está de vuelta para que podamos disfrutar de las historias de la familia Foster. Si todavía no has visto el inicio de esta tercera temporada, mejor vuelve cuando lo hayas hecho. A no ser que te gusten los ‘spoilers’, en ese caso acomódate y continúa leyendo.
El accidente con el que cerraba la segunda temporada auguraba pocas esperanzas con respecto a los ocupantes del coche. Podría haber pasado cualquier cosa: que Ana (Alexandra Barreto) perdiese al bebé, que Jesús (Jake T. Austin) terminase paralítico y sin poder beneficiarse de su beca deportiva o que esa hubiese sido la última escena de cualquiera de ellos o Mariana (Cierra Ramirez). Pero nada más lejos de la realidad, porque todos parecen seguir con sus vidas sin demasiada repercusión. Obviando a Stef (Teri Polo), cuyo interés por descubrir al responsable del accidente y su todavía existente estado de shock al haber sido testigo de la escena, se está convirtiendo en una obsesión que amenaza con perseguirle el resto de temporada. Sin olvidarnos de que hay una infidelidad extraña por parte de Lena todavía flotando en el aire… Todo apunta a que conoceremos la versión más vulnerable de Stef durante esta temporada.
Los Foster nunca lo han tenido fácil, y cuando parece que las cosas van a mejor siempre terminan torciéndose. Callie (Maia Mitchell) es el mejor ejemplo de ello, quien a punto de conseguir ser adoptada por la misma familia que su hermano Jude (Hayden Byerly) después de muchos intentos fallidos y poder graduarse en el instituto tras tantas o más complicaciones, ha visto sus esperanzas truncadas por la aparición de un nuevo y enigmático personaje, AJ (Tom Williamson), que si apuntaba maneras para ser el nuevo interés amoroso de nuestra Callie, pronto ha dejado de ser únicamente eso para convertirse en un personaje con un ‘background’ desconocido que pinta muy turbio y que promete traer más de un quebradero de cabeza para Callie y sus intentos por llevar una vida normal.
Con Jesús fuera del panorama (¿alguien va a echarle de menos?) nos quedan Jude, Mariana y Brandon (David Lambert) para deleitarnos con sus respectivos problemas, mayoritariamente amorosos.
Jude y Connor (Gavin MacIntosh) siguen siendo la pareja más adorable que existe, no solo dentro de la serie, sino que me arriesgaría a decir que dentro de todo el panorama televisivo actual. Bajo mi punto de vista, esta es la relación que se está desarrollando de forma más natural, poco a poco, mostrando lo entrañable de una historia entre dos niños que todavía se están descubriendo a sí mismos y las dificultades que, sin embargo, sigue presentando la homosexualidad. Sigue sorprendiéndome la madurez que los personajes más jóvenes aportan a la serie, y esta es una de las tramas que más evidente deja que los estereotipos no son la base a la hora de crear a la mayoría de ellos. ¿No os parece que Jude y Connor son la pareja con más futuro de toda la serie?
Mariana, sin embargo, es la típica adolescente acostumbrada a que las cosas se hagan a su manera. Era así al principio de la serie y no parece tener interés en que eso cambie. Si a la chica se le mete en la cabeza que tiene que perder la virginidad con su novio una noche, tiene que ser esa noche. Teniendo en cuenta que lo que la mueve a tomar esa decisión es que dicho novio va a irse de tour durante un tiempo y quiere asegurarse de que no se olvida de ella, no tiene mucho sentido que después esa razón pase a segundo plano y lo único que recuerde es que había salido de casa con la intención de perder la virginidad. Muy conveniente que Wyatt (Alex Saxon) pasase por ahí. Veremos qué opina su novio del asunto cuando vuelva de gira, pero no creo que sea el único decepcionado con este inesperado giro de los acontecimientos.
Los guionistas siguen intentando que Brandon genere interés a pesar de que su historia con Callie haya llegado, presumiblemente, a su fin, pero no terminaban de conseguirlo. Hasta ahora, que parece que con la presencia de su némesis, Kat (Katherine McNamara), su compañera en el curso de música, a Brandon no le quedará otra que empezar a espabilar si quiere hacer algo de provecho con su existencia. ¿Huele también a lío amoroso?
Ha sido un inicio de temporada bastante completo y las tramas narrativas han quedado más que claras, ¿qué os ha parecido? ¿Qué esperáis de esta tercera temporada?
Isabel, @isabienzobas
